Doctrina social de la Iglesia III, el compromiso de los cristianos

¿DEBE EL CRISTIANO COMPROMETERSE EN LA SOCIEDAD?

Siguiendo con la programación y dentro del bloque IV  "La iglesia generadora de cultura a lo largo de la historia" incorporamos hoy la acción evangelizadora de la iglesia y la promoción de los derechos humanos. 

Iniciamos con la pregunta de este primer apartado: ¿Debe el cristiano comprometerse en la sociedad? ¿Es el compromiso de los cristianos público o privado? ¿Debe el cristiano esperar "otro" mundo o convertir este mundo en "otro? ¿Han vivido a lo largo de la historia los cristianos inactivos? ¿Es misión de los cristianos contribuir al progreso?


1) Concepción cíclica y lineal de la historia

Sabemos que las culturas de la humanidad han concebido el tiempo de la historia de forma diferente. Para unos, la historia es cíclica; para otros es lineal. Las religiones orientales conciben la historia como algo cíclico, como algo que tiene un comienzo, un desarrollo y un final que da paso a otro ciclo y así sucesivamente, los griegos también pensaban parecido y algunos filósofos como Nietzsche también.



La cultura judeo-cristiana contempla la historia de forma lineal; ésta tiene un comienzo y camina progresivamente hacia su plenitud. En esta visión no tiene lugar la ley del eterno retorno. Para el pensamiento judaico la historia no está condenada a repetirse indefinidamente a sí misma porque Dios interviene en ella para liberarla. Desde el punto de vista cristiano con la llegada de Cristo y la encarnación el reino de Dios se ha hecho presente en la historia por lo que el seguidor de Cristo está llamado a hacerse responsable de ella.


2) ¿Podemos desentendernos de la historia?

Los cristianos, pues, conciben la historia como un camino que hay que andar o como un edificio que hay que construir. Un recorrido que no se hace en solitario, sino con todos los hombres y mujeres con los que hemos coincidido. 

Por eso hablábamos del reino, al que dedicamos un tema en la evaluación pasada, el centro de la predicación de Jesús. El reino de Dios ya está entre nosotros, pero aun no ha llegado a su desarrollo definitivo. Es como si tuviéramos los materiales para construir su obra, pero hace falta que echemos una mano para completarla. Una actitud que requiere perseverancia y esperanza. 



3)  Compromiso desde las exigencias de la historia

Entendemos por mundo el ámbito del acontecer humano, la estructura cultural en que se enmarca la conducta de los hombres, el producto de la ciencia y de la técnica, el destino y el sentido global de lo creado.

Al hablar de historia nos referimos a un conjunto de acontecimientos y relaciones, al relato de lo pasado y a la prospectiva de lo por venir, a la posibilidad y al límite de la libertad. La historia también tiene un sentido y un destino por descubrir y asumir.

El compromiso cristiano tiene en cuenta el sentido inmanente y trascendente del mundo y de la historia. La historia de la salvación es la iniciativa salvífica que Dios realiza en la historia humana.


4)  ESTRUCTURA DE UN PROCESO DE COMPROMISO

 a) Análisis de la realidad. En el análisis de las estructuras, de las relaciones y de las conductas descubrimos intereses, ideologías, estados de opinión, grupos dominantes, alianzas existentes, valores, actitudes, lenguaje y símbolos, etc. Educar en el conocimiento de la realidad y en una lectura creyente de la misma es tarea fundamental para iniciar al compromiso. 

b) Concienciación. El compromiso requiere la toma de conciencia de lo que realmente acontece, de las causas que lo originan, de la necesidad moral y social de actuar, de las opciones posibles a realizar. La concienciación creyente brota de la relación Palabra-historia. La realidad analizada y valorada, iluminada por la Palabra, ha de llevarse a la oración personal y comunitaria. 

c) Identificación. Jesús se hizo semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. Ante la injusticia y el pecado es inaceptable la neutralidad personal y comunitaria. La identificación supone renunciar a privilegios, socializar los bienes, popularizar la cultura, universalizar las relaciones, cooperar en la transformación de las estructuras, orientar adecuadamente las opciones personales... 

d) Profecía cristiana. La experiencia de la identificación aporta capacidad para vivir y testificar la profecía cristiana. La profecía es denuncia ante un sistema que produce desinteriorización e insolidaridad. 



e) Solidaridad liberadora. El compromiso cristiano se traduce en solidaridad liberadora. Desde la familia, el trabajo, la comunidad eclesial y cívica, cada uno va descubriendo ámbitos y solicitudes para implicarse en acciones solidarias, especialmente en proyectos sociales. Educar a la solidaridad requiere ayudar a descubrir los caminos samaritanos donde se aprende a ser prójimo. Desde la praxis de la solidaridad debemos ir descubriendo las implicaciones culturales, sociales y políticas en que se enmarca el compromiso por la justicia.

Preguntas

1) Según el planteamiento cíclico de la historia que referíamos con las religiones orientales ¿Qué papel piensas desempeña el hombre? ¿Existe la misma sensación de ansiedad ante la muerte? 

2) ¿Se puede hacer algo por transformar el curso de la historia?

3) ¿Qué es la profecía cristiana?

4) Tras lo leído ¿Es aceptable ante la injusticia la neutralidad?





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