La expansión misionera en América



Recuerda en cuánto a América que ni su existencia se sospechaba siquiera. Pero hacia fines del siglo XV entre 1493 y 1550, españoles y portugueses se hicieron dueños de Centroamérica y Sudamérica, entrando en regiones desconocidas para Europa y entrando en contacto con pueblos, civilizaciones en muchos casos de las que no se tenía información en occidente. 

Todo este proceso se acompaña de un gran despliegue eclesial, que llega al nuevo mundo en los mismos barcos en los que lo hicieron los conquistadores -ese será el problema, llegar en el mismo viaje- pero que necesita de tiempo para situarse; de ahí que como vamos viendo lo que entiende por evangelización al comienzo del proceso no será lo mismo que lo que las grandes congregaciones misioneras pasado un tiempo expresen y desarrollan con su trabajo tras conocer la realidad.

Franciscanos, dominicos y agustinos, en los primeros años; jesuitas, en la segunda mitad del siglo, y clero secular, empezaron a hacer realidad un nueva iglesia desde California a Argentina. Las primeras sedes se establecieron casi tan pronto como llegaron a Roma las noticias de la conquista. Se fundan escuelas, hospitales. conventos y, en 1553, en México, la primera universidad.


La conquista llevaba consigo todas las secuelas que siempre, antes y después, han caracterizado a esta clase de empresas. Hay violencia y también preguntas ¿son los indígenas humanos cómo nosotros? Esto despertó un gran debate en las universidades -recuerda lo que hablábamos a raíz de Bartolomé de las Casas en el post anterior-. En algunos casos para defender al indígena y contentar a los encomenderos se llega a soluciones que nos parecen aberrantes pero que entonces interpretaban de otra manera como el hecho de que dicho trabajo "indio" pudiera ser sustituido por gente de color, "afroamericanos".

En 1537 el Papa Paulo III declara que los indios eran humanos y gozaban de los mismos derechos naturales que sus señores. No todo el mundo, ni todos los religiosos aun así lo ven de esa manera. Pero la teoría cada vez parece más clara. El dominico Francisco de Vitoria (1480-1546), en la libertad de pensamiento que se gozaba en la España de Carlos V, expuso los derechos naturales de los indios y las limitaciones del poder real respecto de los mismos.

Al final del siglo XVI el catolicismo surgen los santos americanos que no solo buscan la conversión y el bautizo del "indio" sino también la defensa de sus derechos, algunos ejemplos son el heroico arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo (1538-1616), el gran misionero franciscano San Francisco de Solano (1549-1610) o la religiosa dominica Santa Rosa de Lima (1586-1617), nacida, efectivamente, en tierra americana, lo mismo que su coetáneo, el dominico San Fray Martín de Porres, hijo mestizo de un noble español libertino.

Las historias de cada uno de estos santos, personajes que supieron encarnar el mensaje evangélico en sus vidas, llaman la atención por la peculiaridad de sus vidas. 

En Sudamérica, surgen fundadas por los jesuitas las famosas "reducciones" del Paraguay. 

Eran éstas unas poblaciones integradas por centenares de indios cada una de ellas. El centro lo constituía la iglesia con sus misioneros y sus religiosas, su escuela y su hospital. Toda la población desarrollaba su vida natural bajo la atenta dirección de los Padres. El trabajo estaba repartido y sometido a inspección, y toda la comunidad cuidaba de ello en un régimen paternal que se aproximaba, como ninguna otra institución anterior o posterior, a la plena realización de lo que el Evangelio puede hacer por la vida, tanto pública como privada. Era la ciudad de Dios realmente erigida sobre la tierra. Hacia 1750 eran casi 100.000 los indios que vivían en estas poblaciones regidas por los jesuitas, habitantes en verdad de un "paraíso terrenal". En toda la monstruosa historia de la supresión de la gran Compañía no hay capítulos cuya lectura resulte más dolorosa que los que describen cómo los pobres indios se vieron despojados de sus protectores jesuitas, para enfrentarse, inevitablemente, con la suerte a la que la invencible simplicidad de los nativos había condenado mucho antes de esto a todos sus iguales, para ser los siervos de una decadente civilización.

Puedes ver el vídeo y la forma en cómo en las 30 reducciones jesuitas (repartidas entre Argentina y Paraguay) los misioneros imaginaron los ideales del libro Utopía de Tomás Moro.

Si te gusta el tema puedes ver la película de La Misión (no es obligatorio para este tema).


Contesta las siguientes preguntas:

1) ¿Qué Papa declara a los "indígenas" humanos y con los mismos derechos que sus señores?

2) ¿Qué eran las reducciones jesuitas del Paraguay?

3) ¿Qué espíritu o forma de trabajo había en ellas?

4) ¿Qué piensas del tema? Expresa tu opinión




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